lunes, 19 de septiembre de 2011

Más sobre los parques

Ramiro Guzmán Arteaga

A propósito de mi anterior artículo sobre la remodelación de los parques que bordean la catedral San Jerónimo de Montería, me escribe un amable lector:

Me place que sus reflexiones sean de preocupación por la calidad de vida de los Monterianos. Estoy de acuerdo con su escrito. Es cierto que los parques fueron concebidos en anteriores civilizaciones para contarse las cotidianidades de la comarca, sitio de los enamorados por excelencia para regalarse rosas y darse el primer beso, para que los abuelos lleven a sus nietos a jugar y recordar vivencias, y para que los desempleados lean los clasificados de la prensa mientras se toman un tinto. 

Infiero que los parques Miguel R. Méndez y Laureano Gómez fueron remodelados sin tener presente elementos claros de funcionalidad y ornamentación, situación que se pudo resolver con una consulta ciudadana, con la selección de tres propuestas de reformas en las que  se combinaran elementos arquitectónicos y ambientales. 

Es inconcebible, que el proyecto no tuviera presente la idiosincrasia de la comunidad; igualmente que, con el mayor respeto que merece el arquitecto, no se haya tenido presente en sus formas arquitectónica que las “puntas” producen estrés y concentración de esfuerzos frente a formas geométricas diferentes que producen relajación y descansos. Tarjeta amarilla a los planeadores  y diseñadores de las obras públicas. 

Guillermo Guzmán Argumedo
Ing. Civil CC 6870.445 

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