domingo, 30 de octubre de 2011

Lo que va de Coronell a un “Editorial”

Ramiro Guzmán Arteaga
Interesante el altercado planteado la semana pasada  entre el columnista de la revista Semana Daniel Coronell y el periódico El Meridiano de Córdoba. La disputa se originó en la columna de Coronell (24/10/11) “Sospecharina” en la que dice, entre otras cosas, haber conocido un video que muestra a personas que lucen la camiseta de la campaña de Carlos Eduardo Correa entregando  Bienestaria del Icbf en un barrio de Montería.  
 La respuesta editorial de El Meridiano (25/10/11) no se hizo esperar. Está bien que lo haya hecho, pues le asiste el derecho a la réplica. Lo cuestionable fue la forma en que lo hizo; mediante un estilo totalitario tipo arenga, y con una fuerte dosis triunfalista trató de desmentir al periodista, sin argumentos, con lo que dejó el sabor de haber logrado el efecto contrario, el de un falseamiento y deformación de la realidad.
En la respuesta hay una prevalencia del “super yo” y una evidente pretensión de considerarse dueño de la verdad absoluta y, lo grave, a nombre de los monterianos, como si todos lo que nacimos aquí debiéramos aceptar pasivamente todo lo que se  nos dice y ordena, esto en un tono que nos recordó el lenguaje imperante en los medios políticos del Tercer Reich hitleriano y de los  dirigentes comunistas de la antigua Alemania. Esperábamos una respuesta en la que primara el buen gusto y los argumentos y no el de un texto con el sabor propio del resentimiento y la mentira.

lunes, 24 de octubre de 2011

Mi voto en blanco

Ramiro Guzmán Arteaga

Nunca había confesado, como ahora, mi preferencia electoral. Lo digo con dignidad y con dolor: mi voto será en blanco. Los candidatos no llenan mis expectativas de ciudadano común y corriente. En Córdoba lo que existen son empresas políticas, en las que los socios solo piensan en su  lucro personal. Los candidatos son impuestos sin criterios de selección, una réplica de lo que es la vieja dirigencia nacional. Nada nuevo bajo el sol. Solo campañas con propuestas de estómago y de bolsillo.

Temo que los  candidatos no manejan la letra menuda del discurso social, ni mucho menos ideológico, dialéctico, que les permita proponer un cambio civilizado de la sociedad. Evidentemente tienen formación académica pero no la suficiente independencia ni formación ideológica que les permita dejar de ser vistos como cubileteros de la vieja clase política.

Aunque sean elecciones departamentales y municipales nada justifica quedarse en lo coloquial. Me gustaría un candidato que, sin caer en la demagogia, sea  capaz de visionar un cambio de este sistema obsoleto, que ya colapsó, al que hemos estado sometidos durante años de vida republicana. Esa  posibilidad podría estar por el lado de la izquierda, pero ésta se ha coaligado con las prácticas tradicionales, sometidos al mejor postor, que resultaron siendo sus viejos enemigos. Nuestro destino merece propuestas que dignifiquen la política, al ser humano.   Que apunten a una sociedad más justa.

lunes, 17 de octubre de 2011

Adiós al maestro Jairo Polo Herrera

Ramiro Guzmán Arteaga

Conocí a Jairo Polo Herrera cuando fui corresponsal de RCN en Córdoba. Llegaba a la emisora y me entregaba una copia en papel carbón del Boletín de Prensa de su agencia de noticias TAY. Y hoy, ante su silencioso fallecimiento, tengo la impresión de que a partir de ese día estaba frente a lo que era un maestro del periodismo de provincia.
Al igual que sus colegas contemporáneos su vida  fue el cumplimiento de todo un itinerario de amor hacia el periodismo. El trabajo de Jairo Polo Herrera responde a toda una vida de profundo coraje periodístico que no es posible dejar pasar por alto. No se exagera si se dice que la prensa en Córdoba no registra un caso similar al suyo: corresponsal de El Espectador, Diario del Caribe, La República, Todelar, y fundador de TAY (1962), la primera y única agencia de noticias de Córdoba y de la Costa Atlántica. Jairo tenía una definida personalidad periodística, enriquecida por una gran personalidad humana.
No podemos decir que la vida de Jairo Polo giró hacia el fracaso, al contrario, al lado de su familia, su legado periodístico de medio siglo es la mejor herencia que nos dejó. Todo esto lo hace merecedor  de un justo y prestigioso homenaje. Su muerte debe ser una fecha definitiva, justa y necesaria para valorar y recordar todo cuanto hizo por el periodismo de provincia, que es en definitiva el periodismo del que se nutren y sacan pecho los grandes medios. ¡Adiós Maestro!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Novela de Ramiro

Ramiro Guzmán Arteaga

Luego de leer mi novela inédita la comunicadora Social y Periodista Ángela Carrascal Giraldo hace el siguiente comentario que comparto con mis lectores:
Escribo sobre una novela inédita que  cautiva desde el primer hasta el último párrafo: “Cuando Todo Nos Llega Tarde”, del periodista y profesor Ramiro Guzmán Arteaga. La historia se desarrolla alrededor del personaje Arturo Walterson, un periodista ahogado en la monotonía, marcado irremediablemente por las heridas que le dejó el haber registrado el conflicto armado  colombiano como reportero durante muchos años, vivía una guerra acompañada de fantasmas, de desolación.
El autor escribe esta novela con una pluma sencilla, letras que se dejan leer fácilmente y que seducen al lector llegando hasta el final. Nos tropezamos con personajes fugaces que conjugan la amistad, el rencor de la guerra, la poesía, la locura y el verdadero amor.
Uno de ellos, tan fugaz e infinito es Alma de Dios Lacayo, la salvación de Arturo, la persona que lo haría feliz y que le podía dar la paz que buscaba pero lamentablemente era tarde para lo que ella le ofrecía.  La novela muestra el principio y el final de un periodista con las  heridas de la guerra en el alma, que amó intensamente a una mujer hermosa llena de pasión y de amargura, que vació en él la basura de su alma y liberó los demonios que lo acompañaron hasta el día de su muerte.  
Del autor: Gracias Ángela. Y Ojalá algún día la novela se pueda publicar.


Esta“mamada”

Ramiro Guzmán Arteaga

En su acostumbrado tono coloquial, que raya con lo vulgar, la gobernadora de Córdoba Martha Sáenz Correa dijo con vehemencia estar “mamada”, y que no ve la hora de entregar el poder. Y todo porque el gobierno nacional no le presta atención a sus reiterados y justificados clamores para que se frene la ola criminal que azota al departamento.  
Sin embargo, parece que a la gobernadora se le acabó la pasión política. Se le agotó  la capacidad  de armonizar el cerebro con el corazón y los sentimientos en pro del beneficio colectivo. Se sale fácilmente de casillas y no logra equilibrar  lo emocional con lo racional, lo cual hace al verdadero gobernante y estadista.
Para entender la situación que vive Córdoba hay que mirar hacia el país. La de Colombia es una historia caracterizada por múltiples expresiones de barbarie, conflictos internos, abismales inequidades sociales, con algo más: la corrupción y delincuencia en todas sus expresiones. Todo esto influye en el respeto por la vida, con graves consecuencias en la vida cotidiana.
Nada se gana si a Córdoba envían 20 batallones si no se solucionan los problemas fundamentales. Es muy grave la inseguridad del departamento, es cierto, pero que  la gobernadora diga estar "mamada" de ser la gobernadora de quienes depositaron en ella su confianza pone de manifiesto una profunda  crisis institucional y una  perversa descomposición social, reflejo de la debilidad estructural del estado.