sábado, 21 de abril de 2012

El sabor de la Cumbre

           

Ramiro Guzmán Arteaga
La Cumbre de las Américas dejó claro que el gobierno de los Estados Unidos debe bajar el tono y modelar actitudes frente a los países Latinoamericanos y del Caribe; Además, que  en el continente se percibe una profunda transformación social, y que la imagen de Colombia pasa por su mejor momento internacional, pero el hombre de la calle y la vida cotidiana siguen en las mismas.
El hecho de que no haya habido un consenso alrededor de una declaración conjunta que incluyeran los temas gruesos como la participación de Cuba en las próximas cumbres y la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas, no solo evitó que fuera una cumbre aburrida, sino que demuestra que los países latinoamericanos ya no se dejan imponer la agenda de los EE.UU. También quedó evidenciado que la lucha contra el narcotráfico, enmarcado en un sistema policivo y represivo, ha fracasado y se hace necesario pensar en nuevas posibilidades, incluida la legalización de la droga.
A pesar de que EE.UU haya impedido llegar a un consenso sobre el tema de Cuba, la mayoría de los países tienen claro que ésta debe asistir con todos sus derechos a la próxima cumbre y que las Malvinas son argentinas. En cuanto a Colombia, el país está en proceso de cambio, hay un Presidente sustancialmente bueno, pero la realidad demuestra que el sistema colapsó y seguimos frente a una realidad económica, política, ambiental y cultural que requiere de un nuevo modelo social.

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