Se
necesita un rector para la Universidad
de Córdoba. Perfil: honesto, genuino, autentico, trasparente, que no represente
a la clase política corrupta de Córdoba ni a delincuentes de cualquier pelambre.
Que muestre interés por la academia, la ciencia, la tecnología y la
investigación. Que haga de la universidad una institución coherente con el
contexto social, ambiental y cultural de Córdoba y el Caribe.
Más
que un gerente debe ser un académico, que gerencie y administre sí, pero conocimiento
científico al servicio de la sociedad y no de intereses políticos individuales;
un rector que llegue a conclusiones y tome decisiones sin ser patriarcalmente
impositivo; en fin, un demócrata, un humanista, casado con la ciencia, el saber
y la verdad; sin sesgos políticos ni ideológicos, que reconozca el pluralismo y
el derecho de las minorías en la toma de decisiones; pero, sin permitir que
esas minorías, de cualquier sector, directivos, sindicatos, gremios, etc. pretendan
utilizar su autentico derecho, en la toma de decisiones, para entorpecer la
marcha de la institución.
Pero
dudo que ese rector exista, porque las universidades del país no forman
personas con ese perfil. En Colombia los profesionales ingresan a las
universidades en busca de un título, que los certifique para insertarse en la
sociedad en busca de una oportunidad económica que les permita sobrevivir, y no
para construir conocimiento en beneficio de la sociedad. Aquí se preparan a los
profesionales no para transformarse y transformar sino para ocupar cargos
administrativos y burocráticos, para quitar a quienes “no son de los nuestros”
y satisfacer así a sus padrinos políticos. Ahora comprendo por qué se han
inscrito tantos aspirantes a la rectoría y por qué la educación es un negocio
rentable.
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