En buena hora se inicia mañana el segundo Festival Internacional de Cine de Montería gracias a la gestión adelantada por la Corporación Festival Internacional de Cine, cuyos miembros están verdaderamente interesados en crear el patrimonio fílmico de Córdoba, formar realizadores, generar turismo y construir pensamiento crítico.
La capital cordobesa es una ciudad privada de buenos espectáculos, por eso el festival, que se extiende hasta el 13 de agosto, no es solo bienvenido sino que también nos ofrece la oportunidad de mirar la cultura desde otro enfoque que no sean las escasas diversiones oficiales, ni las “jaranas sin sentido” a la que nos pretenden acostumbrar quienes se creen con autoridad para ejercer dominio sobre los demás, que son los mismos que miran la cultura con ánimo consumista y discriminatorio.
Del selecto grupo de cortometrajes cordobeses, hacen parte: Guantes de Arena, El Evangelio de Vicky Roschell, Mayito Eterno Amor (María Casquito), El Nelkin, Buscando el Tiempo Perdido, El Planchón, y El Hombre Nuevo. Se trata de una modesta e incipiente muestra de nuestro cine cordobés que ha sido realizada con las “vísceras”, pero ante todo con el corazón de un grupo de actores y artistas dispuestos a demostrar que la expresión “festival” es sinónimo de entretenimiento y reflexión, es decir, lo que es el cine.
A Agamenón Quintero, director de la Corporación Festival de Cine, quien conjuntamente con el actor Héctor Durango, la pintora Mariana Hernández y el escritor Oscar Vega hacen posible este dinámico y merecido evento, nos anticipamos a desearle éxitos y expresarles nuestros agradecimientos por intentar cambiar la imagen de Montería sacando adelante este festival, que es uno de los poquísimos experimentos acertados que se llevan a cabo entre nosotros.
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