No
me cabe la menor duda de que la reunión que tuvieron los ganadero miembros de
la recién fundada Asociación de Ganaderos de Toros Bravos (Asotoros), el
viernes 26 de octubre, en la “Ganadería GP” (Guillermo Preciado), en el
corregimiento de Los Gómez, tuvo un resultado estruendosamente inhumano y humillante para los manteros,
muleteros y banderilleros de las fiestas en corralejas.
Luego
de exaltar las virtudes de quienes exponen sus vidas para divertirlos y
llenarlos de “gloria”, a ellos y a sus toros, los ganaderos aprobaron pagarle a
las cuadrillas de lidiadores, compuesta por diez personas, entre manteros,
muleteros y banderilleros, la suma de $500 mil por cuadrilla, para las
corralejas de primera categoría; $300 mil para las de segunda y $100 mil para las
de tercera categoría, por los cinco días de fiestas.
En
letra menuda esto quiere decir que a un
mantero o banderillero en las corralejas de Cotorra, Ciénaga de Oro o
San Pelayo (Primera Categoría) los ganaderos le pagarán 50 mil pesos durante
los cinco días, es decir, $ 10 mil pesos diarios; y, prívense, a ese mismo
mantero o banderillero los ganaderos le pagarán en las fiestas de Ayapel,
Buenavista y Momil (Segunda categoría)
la suma de $30 mil pesos durante los cinco días, es decir, $ 6 mil pesos
diarios; y en las fiestas de Carrizal y Las Guamas (tercera categoría) les
pagarán la suma de $10 mil, es decir $2
mil pesos diarios.
Saquen
cuenta, mientras tanto, un ganadero –uno solo- se gana por cada toro lidiado un
millón de pesos, es decir, en una tarde se gana $ 30 millones, por los 30 toros
que suelta. Un trato así no solo es inhumano, sino humillante y miserable.
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