Ramiro Guzmán Arteaga
Los monterianos que tuvimos la oportunidad de ir a estudiar a Barraquilla por la época en que los buses se estacionaban en el viejo mercado sabemos que Estercita Forero representaba para Barranquilla toda una emblemática reliquia histórica. No sabemos si tardíamente se nos metió en el corazón, pero estamos seguros que allí se quedó para no salir nunca jamás.
Se podría pensar que una de las condiciones para gustar de su música es tener más de cincuenta años, sin embargo, a pesar de su remota juventud, Estercita murió con el olor juvenil de su música. A sus noventa y un años, bien vividos, Estercita Forero se dio el gusto de morir de vieja. Ella sabía más que nadie que se iba a morir, pero estaba satisfecha de su obra, de habérsele metido en el corazón al país con su “Luna Barranquillera”, con su Guacherna y su Carnaval.
En una actitud digna, puso como condición que sus funerales fueran en silencio. Fue una decisión certera, acorde con sus convicciones religiosas y para que nadie perdiera de vista el verdadero sentido de su muerte, pues estaba segura que los barranquilleros, de todos los estratos, no le perdonarían que los dejara solo, y se volcarían a las calles interpretando sus canciones en una interminable parranda en la que le sacarían versos hasta a sus notas necrológicas.
Estercita se ha ido para siempre, pero seguirá viviendo con dignidad y orgullo en nuestros recuerdos, por eso, el mejor homenaje que le podemos brindar, de acuerdo a su voluntad, es el que brota en silencio de nuestros corazones.
sábado, 30 de julio de 2011
El día que Gabo ganó el Nobel
Por Ramiro Guzmán Arteaga Colprensa
¡Urgente… urgente. García Márquez Premio Nobel de Literatura 1982!, decían las casi 350 emisoras que operaban entonces en el país. La agencia de prensa AFP informaba al resto del mundo Sin exageración Colombia se convulsionó. Las gentes copan los sistemas telefónicos y unos y otros se encargan de sorprender a sus amigos en el país y el exterior con la buena nueva. Y no era para menos La Academia de Letras de Suecia no había vuelto a escoger a nadie de América Latina después de Gabriela Mistral (1945), Miguel Ángel Asturias (1967) y Pablo Neruda (1971). Los ganadores de años anteriores, incluidos de otros continentes, exceptuando un poco a Neruda, habían pasado casi desapercibidos, solo se habían sentido en círculos literarios, académicos e intelectuales. El de Gabo no, pues pasó los límites de la intelectualidad. El Nobel se sentía en las calles, en los mercados, en los parques, en los prostíbulos; los taxistas en Barranquilla hacían sonar sus pitos como cuando el Junior gana un clásico. Y cuando los taxistas en Barranquilla hacen sonar sus pitos, espontáneamente, sin consultarle a nadie, es porque el homenaje es merecidamente popular. Euforia Recuerdo que mi hermana Pilar, quien entonces estudiaba en la Universidad Nacional de Bogotá, me llamó por teléfono a Barranquilla. Gabo se ganó el Nobel, me dijo de un solo golpe. Pensé que era una mamadera de gallo. Esto en la Nacional es la locura, es la primera vez que los estudiantes se alborotan y no necesariamente para tirar piedras, me confirmó con voz entrecortada antes de que la comunicación se perdiera. Entonces encendí la radio. Juan Gossaín, en un ataque de emoción intentaba comunicarse con la residencia de Gabo en México. En otra emisora se entonaba el Himno Nacional y, en otra, un estudiante que llamó a la emisora, dejó escuchar su llanto al tiempo que explicaba pido que me entiendan; son lágrimas de emoción, estoy temblando de emoción señores. Gossaín logró comunicarse con la mamá de Gabo, Luisa Santiaga Márquez en Cartagena, luego de llamarla al teléfono de un vecino. Mijo, estamos muy contentos y ojalá y este premio sirva para que me arreglen el teléfono, fueron las primeras palabras de doña Luisa, una expresión original y propia de los personajes macondianos de su hijo. Mientras tanto, la proclamación del Nobel para el autor de Cien años de soledad seguía causando en todo el mundo y en Colombia reacciones de satisfacción y júbilo.Pocas veces en la historia de los Nobel de Literatura las agencias internacionales de prensa han enviado a sus abonados tantas reacciones y comentarios jubilosos sobre un ganador. Ese día en sus informes al exterior los corresponsales de la UPI y la France Press identificaban a Gabo como el más grande y formidable escritor de la lengua española en el mundo, el costeño Gabriel García Márquez, de 54 años….
El presidente conservador Belisario Betancur fue el primero de los colombianos en comunicarse con el Nobel. Gabo siempre le ha dado gloria a Colombia, su patria lo espera, dijo Betancur con su marcado tono poético tras haber dialogado con el Nobel. De esa 'chiviada' a los periodistas García Márquez destacaría horas más tarde que el Presidente resultó mejor que cualquier periodista colombiano, pues fue el primero en llamarme esta mañana para congratularme.En el terreno intelectual no hubo un solo pronunciamiento en contra. El poeta español Jorge Guillén dijo emocionado desde España se lo merecía, yo lo he dicho mil veces que se lo merecía. El maestro argentino Jorge Luis Borges, quien desafortunadamente murió sin que le fuera otorgado el Nobel, dijo el Nobel a García Márquez es todo un acierto.Las editoriales se enloquecieron. ¿Qué podemos decir (del Nobel) Que estamos enloquecidas, dijo Gloria López Aubel, directora de Suramericana, principal casa editorial de Argentina y Suramérica. El presidente francés, Francois Miterrand, amigo personal de García Márquez, señaló Saludo con emoción al amigo personal. Saludo con respeto al novelista que se ha inscrito en la imaginación de los pueblos del mundo. El ministro de Justicia de la entonces Unión Soviética Vladimir Blinov, quien andaba por esos días en Colombia, dijo a los periodistas hemos sabido que la noticia del Nobel a García Márquez fue recibida también con júbilo en Moscú. Y para no dejar duda sobre su admiración por la obra de Gabo empezó a enumerarlas y hasta pronunció de memoria citas textuales de Cien años de soledad. En medio de toda esa desbordante alegría lo único que no se escuchaba eran las apartadas y solitarias rabietas de sus contradictores. Como Faulkner y Balsac Como una respuesta a las críticas que el escritor les había hecho días antes, los miembro de la Real Academia Sueca rompieron su acostumbrado y acartonado silencio y en el acta y posteriores declaraciones no solo compararon a Gabo con William Faulkner y Honore Balsac, sino que aclararon que con el premio de este año no puede decirse que se le haya conferido a un escritor desconocido. Tenían razón. Gabo era el Nobel más popular de la historia. Y por eso también el más controvertido por sus posiciones políticas a favor de los pobres. A punto que la Academia Sueca en su declaración oficial aludió su compromiso político del lado de los pobres y los débiles contra la opresión nacional y la explotación extranjera en América Latina. La noticia sorprendió a García Márquez en su residencia de México en momentos en que se disponía salir a trotar. Poco antes de las seis de la mañana lo llamó un amigo desde Estocolmo para darle la noticia. Permítanme primero felicitar a los colombianos porque ya tenemos Nobel, le dijo a los periodistas que empezaron a llegar a su residencia y con quienes terminó emparrandado. Mi primera impresión fue de incredulidad y asombro. Pensaba que sería un candidato eterno, pues hace cuatro años que me despertaban con la misma noticia, dijo García Márquez. Es un reconocimiento al progreso avasallador de la literatura de América Latina, declaró. Para Gabo el premio era importante en la medida en que aumenta nuestra posibilidad de influir a favor de los derechos humanos en América Latina. Una violación de la que él había sido víctima, en razón de sus posiciones políticas de izquierda y su actividad generosa y humanitaria, y que lo obligó a salir a las volandas del país tras ser informado de que se estaba fraguando un atentado en su contra.
La prensa recordó que García Márquez es el hijo del telegrafista de Aracataca; el marido de Mercedes Barcha, hija del boticario. El muchacho flaco de pantalones desteñidos que un día llegó a estudiar a Zipaquirá con una beca y una caja de cartón como maleta. El escritor que siempre tuvo la impresión de que para todo le faltaban cinco centavos, incluso, para comprar el periódico El Espectador, donde Eduardo Zalamea Borda le publicó el primer cuento, anunciando que había nacido un nuevo y gran escritor en Colombia. El novelista que logró que su novela Cien años de soledad fuera traducida a 32 idiomas, es decir igual número de guerras que perdió el coronel Aureliano Buendía. El periodista que recogió botellas en París para poder sobrevivir; el amigo personal de Fidel Castro, como también lo sería posteriormente del presidente norteamericano Bill Clinton. En fin, ese fue el hombre que el jueves 21 de octubre de 1982, nos despertó a los colombianos con la noticia de un Un Nobel para macondo, como entonces titularía magistralmente el diario El Caribe de Barranquilla. Un Nobel que hasta sus más enconados detractores, que por lo general son los mismos que nunca lo han leído, han tenido que reconocer. Y todavía hay quienes se quejan de que Gabo no le ha dado nada al país. No he escrito jamás una novela o un cuento que no tenga que ver con Colombia, dijo alguna vez. Tiempo después el periodista Germán Santamaría recordaría que, esa respuesta, significa ni más ni menos toda la poesía, todo el amor y toda la magia colombiana que García Márquez lleva por dentro, que ha puesto en su obra y por la cual la Academia Sueca lo entronizó en la literatura universal. Por todo esto comparto plenamente lo que hace pocos días me dijo el periodista Carlos Marín Calderín cuando le propuse esta nota para recordar un nuevo aniversario del Nobel y el discurso de Estocolmo. No temas decir lo que quieras –me dijo– porque, después del Nobel que nos dio, a Gabo todo le está permitido. Fue una respuesta espontánea y tal vez sin cálculo, pero verdaderamente honesta y certera. Es cierto, porque lo demás, lo que digan de Gabo, es puro cuento. | ||||||
Que la verdad se sepa
Grave que hasta hace poco muchos monterianos (no todos) pensaban en función de los paramilitares. Se dieron contra la pared cuando la periodista María Jimena Duzan dijo: “pareciera que muchos cordobeses llevaran un paraquito en el corazón”. Con dolor de Cordobés y orgullo de monteriano había que reconocer que era cierto, porque para algunos, era un privilegio toparse con los jefes paramilitares en los supermercados y almacenes de lujo, y hasta les pedían autógrafos, como si fueran deportistas o artistas en la cima del triunfo y la fama. Ser sus amigos daba estatus. Fui testigo mudo de cuando más de un periodista se sentía orgulloso de tenerlos como fuente primaria para sus noticias. Otros les agradecían el haber sacado a la guerrilla de la Universidad de Córdoba.
Hoy, cuando ese fantasma que escribió las páginas más sangrientas y horrorosas de la historia de Córdoba empieza a exorcizarse del imaginario colectivo, nos encontramos frente a la herencia de toda época pos violenta: el pesimismo y el escepticismo. Nos fuimos de bruces hacia la sociedad de lo inevitable y la resignación. “Contra eso nadie puede”, “Eso no lo evita nadie”, “Por algo lo mataron”, “El mundo no lo podemos cambiar”. Y hasta la muerte nos causa risa: “Huele a vela”, “Cogió cajón”, dicen. Volvimos a los temores de y los vaticinios del fin del mundo.
En medio de esta desesperanza que pretende hacernos olvidar de ese aciago reciente debemos recuperar, no solo nuestra capacidad de asombro e imaginación sin límite, sino el derecho a que toda la verdad en Córdoba se sepa.
Happy Lora
Por: Ramiro Guzmán Arteaga
A propósito de mi columna de la semana pasada alguien me preguntó cuál sería mi propuesta para reemplazar el “Monumento a la Ganadería” que irremediablemente impondrá el alcalde a la entrada de Montería. Pienso que los monumentos deben responder al racionalismo, a las emociones y a los sentimientos como componente cultural de los ciudadanos y los pueblos, pero nunca al impulso de una persona, por muy gobernante que sea.
En éste caso qué podríamos responder cuándo se nos pregunte ¿qué simboliza esa vaca a la entrada de la ciudad? Quienes han magnificado la ganadería dirán que representa nuestra riqueza, sin pensar que la biodiversidad es la riqueza más importante del planeta y que a Córdoba le sobra.
Por eso, si de una consulta se trata, como debió haberse hecho para escoger el monumento, mi voto sería por la biodiversidad o por Miguel Happy Lora. Él representa nuestro modo de querer y sentir la vida, el estado de ánimo, la alegría y amabilidad del monteriano. “Happy saluda sonriendo hasta a quien no conoce”, me dijo una alumna. En Bogotá y el resto del país nos saludan así: “Ajá ¿y El Happy qué?”. Además, nos internacionalizó con el sombrero vueltiao.
Para construir identidad Barranquilla le erigió una estatua a Shakira y a Estercita Forero, los Samarios a “El Pibe”, los paisas a Juanes. Aquí homenajearán inmerecidamente a los ganaderos. ¡Qué vergüenza! Una vaca podrá ser impuesta en la entrada de Montería pero no estará nunca en el Salón de la Fama, ni en el corazón de los monterianos, como sí lo está Miguel “Happy” Lora.
Urrá acaba el último fósil vivo en Nudo de Paramillo
Por: Ramiro Guzmán Arteaga
El científico Cordobés Álvaro Cogollo Pacheco me confirmó algo que había dicho en una conferencia: que en el sitio en que se construyó la hidroeléctrica de Urrá S.A la empresa sepultó el que sería uno de los últimos reductos de una planta vegetal única en el mundo conocida con el nombre genérico de Zamia, de la cual se alimentaban los dinosaurios hace unos 230 millones de años, en la era Mesozoica, durante el Jurasico. La Zamia tiene una historia excepcional pues lo indígenas la procesan, la liberan de los tóxicos y la utilizan contra las mordeduras de serpientes, se ha demostrado que los insectos que la consumen poseen el mismo compuesto toxico, lo que se conoce como un caso de coevolucion planta- animal. Como son grupos de plantas muy especiales hay coleccionistas que pagan altos precios en dólares, incluso hay asociaciones mundiales de Zamia más cotizadas que las mismas orquídeas colombianas. Algo asombros es que son plantas “dioicas”, es decir, tiene los sexos separados, hay plantas macho y hembra, por eso se necesita conservarlas para evitar acelerar su extinción. El nombre de la especie es Zamia Restrepoii, en homenaje al padre Sergio Restrepo, quien la descubrió y fue asesinado en Tierralta.
En Colombia el programa para incluirla en la lista de especies en vía de extinción lo lidera el Instituto Alexabder Von Humbolt. La especia que crece en el área de Urrá fue categorizada en peligro critico por ser única en el mundo. Se estima que es posible que exista por los alrededores algunas Zamias en estado agonizante, en las mismas 52 mil hectáreas que inundaría Urrá II si el Consejo de Estado les da el aval- Confiemos en que no sea así porque sería tanto como autorizarlos para matar un dinosaurio, lo cual no dudarían en hacerlo.
Montería, borra su huella histórica
Por:Ramiro Guzmán Arteaga
Al paso que vamos lo único que falta es que esta civilización sin rumbo termine por acabar no solo con la memoria histórica de Montería sino con la memoria genética de sus habitantes.Se está destruyendo la antigua arquitectura y los diseños originales de viviendas y edificaciones son reemplazados por otros que obedecen al capricho de sus propietarios.Diseños modernos, es cierto, pero que se encuentran en cualquier parte del país y que en nada identifican a la ciudad ni les dan sentido de pertenencia, colectividad ni ciudadanía a los habitantes.
Me temo que con la “recuperación” de los parques del centro de la ciudad se esté haciendo lo mismo que con la Avenida Primera: una especie de “borrón y cuenta nueva” que no deja huella del pasado. Aquí las fachadas, las casas viejas y edificaciones que marcaron una época sucumben bajo el golpeteo del martillo y el crujir de la madera.El centro histórico no existe. Los casi cien años de El Tropicana fueron demolidos en menos de 24 horas, para habilitar un parqueadero; la casa de la cultura fue destruida sin compasión, el antiguo hospital San Jerónimo de Montería fue entregado a la Fiscalía y, lo que podía ser un museo, es hoy un sitio lúgubre que inspira miedo y temor. El gobierno es indolente ante nuestro pasado. La curaduría entrega permisos para construir sin miramiento. ¿A cambio de qué? En fin, de la vieja Montería solo quedan las fotos. Y ahora lo único que falta es que nos dejemos colocar la estatua de una vaca a la entrada de Montería.
Lo que “Pachito” no vio
Francisco “Pachito” Santos Calderón , el ex vicepresidente de la República y ahora director de Noticias RCN, estuvo en Montería mostrando la cara bonita y amable de la ciudad, algo que la capital cordobesa se merece, por lo que es motivo de agradecimiento.
Quedó fascinado con la Ronda del Sinú, con la arborización que se extiende paralela al río. De la mano de Antonio José Caballero, ese excelente periodista, nos describió, con la rigurosidad del reportero y la imaginación del cronista de radio, la belleza de la mujer sinuana, de los atardeceres bermejos y las noches estrelladas del Sinú. Pachito Santos se quedó sin aliento y hasta se le quebraba la voz ante la magia del verbo y la riqueza oral de los decimeros y los cantantes de vaquería de Sabana Nueva.
En medio de esos delirios de fascinación “Pachito” Santos, el vicepresidente de Uribe, le creyó al presidente de Urrá S.A cuando le manifestó que gracias al embalse no hemos sido borrados del mapa por las inundaciones. A los gremios ganaderos cuando le manifestaron que ellos, los ganaderos, no eran tan terratenientes como el imaginario colectivo piensa. Y hasta se le fue la mano en elogios a la gobernadora y al alcalde. Con los porros clásicos de la cultura cordobesa, como “cortinilla” musical, destacó la ganadería de Córdoba. Fue invitado por los ganaderos a la subasta ganadera y se maravilló con los avances tecnológicos de Subastar S.A. Quedó extasiados con las cifras, un poco frías, que hablan de 26.500 predios ganaderos en Córdoba, con más de 2 millones de cabezas de ganado.
Mientras esto sucedía en la Ronda del Sinú, donde se originó la emisión ordinaria de Radio Sucesos de la mañana, la opinión pública, al menos gran parte de ella (no es ético hablar a nombre de toda la opinión pública), no alcanzaba a comprender por qué “Pachito” Santos no vio, o no quiso ver, lo que había unos metros más allá.
No respondió al angustioso llamado del hijo del periodista asesinado Clodomiro Castilla Arroyo para que indagara un poco sobre el estado de las investigaciones del asesinato de su padre. Si “Pachito” Santos hubiera salido a la puerta del auditorio de la Ronda del Sinú hubiera escuchado “las voces de los que no tienen voz”. Pero prefirió pasar de agache frente a los clamores de quienes reclamaban transparencia en el gobierno departamental, la voz de los miles de desplazados por la violencia, la voz de los pescadores a quienes Urrá dejó sin bocachico, y ahora son reclutados por las bandas criminales; el clamor de los miles de desempleados que ahora son perseguidos y tildados de “vándalos” por ser rapimotos. La voz de quienes alertan sobre el final y la muerte de la verdadera riqueza del Valle del Sinú, que es la biodiversidad y no la ganadería como algunos piensan, si se llegara a construir Urrá II.
Pachito Santos queda en deuda con el otro departamento de Córdoba, con la otra Montería y con Cindy, la estudiante de Primer Semestre de Comunicación Social de la Universidad del Sinú que le preguntó si ¿cómo era eso de que una persona en un cargo tan importante en el gobierno de Uribe sea el mismo que a la vuelta de la esquina, ahora, esté digiriendo uno de los noticieros más influyentes en la opinión Pública como es R.C.N? ,y sin que se produzca un choque de trenes en su conciencia ética? La de “pachito” con la otra Montería y el otro Córdoba es una deuda difícil de pagar. Ni siquiera con los 150 millones de pesos mensuales que ahora se gana en RCN.
Los colores de la corrupción (I)
Ramiro Guzmán Arteaga
Lo que se está develando en la Corporación Nuevo Arco Iris, por cuenta del comité ejecutivo, es que lo que hay en esa entidad es una olla podrida con olores nauseabundos. Hoy la Corporación parece más un sanedrín en el que sus directivos se reúnen para mantener algo oculto que la entidad reivindicadora en la que los excombatientes de base de la antigua Corriente de Renovación Socialista podrían encontrar una nueva opción de vida.
No es sino leer El Espectador del 26 de junio de 2011, para inferir el grado de corrupción, mentiras y trapisondas burocráticas, acompañado de deslealtades y zancadillas de los miembros del Comité Ejecutivo, en cabeza de León Valencia y el hoy controvertido Concejal de Bogotá, Antonio Sanguino, quienes ya han tenido que declarar ante la fiscalía por presuntos malos manejos de dineros.
Lo paradójico es que quienes los denuncian no es la ultraderecha, como se podría pensar, sino los mismos excombatientes que un día les sirvieron de guardaespaldas en una guerra en los que ellos, Sanguino y Valencia, nunca dispararon un tiro; como quien dice, a los antiguos camaradas les asiste el derecho legal y ético de denunciarlos. También es claro que el problema y la lucha por mantenerse en el poder en los cargos directivos es de plata. Las declaraciones expuestas y justificadas por los directivos de la Corporación, nos llevan a pensar que han caído en los métodos corruptos de querer tapar sus mentiras con triquiñuelas jurídicas, al mejor estilo de la clase política corrupta, que un día, valencia y Sanguino, dijeron combatir. (II El dosier)
viernes, 29 de julio de 2011
De trinos, figurines y parlantes
Por. Ramiro Guzmán Arteaga.
Si algún gobierno de Córdoba se recordará en la historia por la cantidad de ruidos y pocas nueces y la rimbombancia publicitaria será el de Martha Sáez Correa. No hay día que no se haga sentir más por lo que dice que por lo que hace. Cuando no está contestando las críticas, está diciendo lo que va a pasar, lo que ya pasó, lo que nunca pasará. Haciendo lo que Jorge Valdano llamó “profecías con el pasado”.
Martha Sáenz convirtió en periodistas de bolsillo y pregoneros del poder a algunos sectores de la prensa local, con un método más disimulado pero no menos cruel que la mordaza como es el uso de lugares comunes y de los verbos en pretérito (pasado), por cierto muy útiles para manipular la verdad con “guante quirúrgico”.
Martha es una mandataria de contrastes. Convierte hechos irrelevantes en noticia cuando dice que “pagó parte de la deuda del departamento”, elemental; habla fuerte cuando le recuerda al gobierno central el olvido de Córdoba, ¡gran cosa!; quiere infundir respeto cuando “se emberracó”; ¡huy! ¡qué miedo!; trina porque “pide un general y le mandan un capitán”; pobrecita. Aparenta humildad y sencillez pero le encanta la vanidad rimbombante y salida de tono como la de verse fotografiada en cuatro páginas de El Meridiano recibiendo su título de abogada. Mientras tanto el Plan de Aguas, la salud, las vías, y los Juegos nacionales siguen en el limbo. De la inseguridad ni hablar. En fin, mientras para el CNC Martha Sáenz es una “Top ten” nos preguntamos ¿y cuándo empezará a hacer algo grueso por Córdoba?
«Panem et circenses»
Por Ramiro Guzmán Arteaga
Fue en el imperio romano donde se acuñó la famosa frase “Pan y Circo”, cuando los emperadores querían mantener tranquila y anestesiada a la población para ocultarle los graves problemas sociales. Y me temo que esa es la frase que podría definir las fiestas que acaban de terminar en Montería.
Una fiesta cultural debe contar con el respaldo de una conciencia colectiva, social y popular y hacer un despliegue creativo de cultura, pero no ocurre así con el Reinado Popular y “Cultural” de la ganadería, ni con el Reinado Nacional ni muchísimo menos con la feria ganadera. Que los ganaderos hagan su feria, están en todo su derecho. Lo que no se compadece es que se diga que esas son nuestras fiestas. Una fiesta con sentido cultural es un recurso válido en cualquier sociedad del mundo para construir identidad, modelar actitudes, emociones y sentimientos de los ciudadanos, e influir de forma efectiva y positiva en la educación de los habitantes de una ciudad o región.
No cometeré el error de pretender mostrarme como un mojigato religioso ni como un moralizador. No lo soy y además nadie me creería, pero una fiesta que es asumida como una simple estrategia para vender licor no pasa de ser, como dice el escritor José Luís Garcés González, “una jarana sin sentido” que solo deja los bolsillos limpios y un guayabo con sabor a estribo de cobre en la boca. Nuestras fiestas deberían ser una fuente creadora de cultura, como son en otras ciudades del país. Solo así dejarían de ser lo más parecido a un circo romano.
Urrá S.A quiere licencia para destruir
Por: Ramiro Guzmán Arteaga
El Terremoto y el Tsunami que devastaron al Japón el 11 de marzo de 2011 y que mantuvo en vilo al mundo ante la posible explosión de las plantas nucleares de Fukushima reabrió el debate sobre la necesidad de desarrollar proyectos a partir de “fuentes de energía limpias”, es decir, que no ocasionen deterioros al medio ambiente y al planeta, como el agua. Por eso en Colombia, hay quienes ven en los ríos la mayor fuente de energía eléctrica, porque según afirman, las centrales eléctricas pueden, además, controlar los desastres invernales. Sin embargo, está demostrado que las hidroeléctricas son de los megaproyectos que generan más impactos negativos en el mundo, pues causan erosión, desvían cauces, acaban con la flora y fauna. Anualmente producen 110 millones de toneladas de gas metano, CH4, que es 25 veces más dañino que el dióxido de Carbón, CO2, uno de los gases más peligrosos del efecto invernadero.
En Córdoba, la hidroeléctrica de URRÁ I destruyó 7400 hectáreas de selva y produjo 114 impactos ambientales y sociales, y tiene agonizando el valle del Sinú; desplazó a los Emberá Katíos, 14 fueron asesinados por paramilitares con el apoyo de políticos corruptos, como lo reconoció Salvatore Mancuso ante la Fiscalía. Además, 14000 pescadores, que se quedaron sin sustento por desaparición del bocachico, se dedican al mototaxismo o ingresan a la delincuencia.
Ante este panorama todavía los tecnócratas de la empresa Urrá S.A confían en que el Consejo de Estado les permita destruir otras 53 mil hectáreas en el Nudo Paramillo, para construir Urrá II. Confiamos en que no sea así.
Los zares de la izquierda
Por: Ramiro Guzmán Arteaga
Se celebró ayer el Primero de Mayo y preocupa que seguimos escuchando el mismo libreto relamido de hace 40 años por parte de algunos dirigentes sindicales y de izquierda. La globalización Neoliberal les tomó ventaja y los dejó como pieza de museo. Se acomodaron en sus puestos y no están en condiciones de influir en el cambio social que el país exige. No respondieron a los retos de la historia porque a muchos los asesinaron, es cierto, pero los que recogieron sus banderas están ahora ambiciosos de poder perpetuo.
El pueblo no les cree porque se siente tan utilizado por ellos como por los políticos corruptos de los partidos tradicionales. En la guerrilla reinsertada, que parecía una opción de vida, sus dirigentes hoy sólo defienden una causa: la de ellos. En las ONGs de la izquierda desmovilizada y no desmovilizada como: Nuevo Arco Iris, Cultura Democrática, Corpadec, Viva la Ciudadanía, Indepaz entre otras, al igual que en sus sindicatos, la USO, Fecode, la “dedocracia” les ha permitido perpetuarse en los cargos de dirección, al mejor estilo politiquero. León Valencia, Antonio López, Antonio Sanguino, Álvaro Villarraga y Camilo González Poso, son apenas algunos casos. Aquí, en Ademacor y Aspu, hace rato algo huele mal, sus dirigentes hicieron alianzas sospechosas con políticos desprestigiados y hasta con sus peores enemigos.
No estamos contra el sindicalismo, ¡ni más bastara!, pero sí de las prácticas ortodoxas y corruptas de sus dirigentes. Preocupa que de tanto odiar a los corruptos y gamonales, de tanto combatirlos, sindicalistas y ex guerrilleros, hayan terminado siendo iguales o peores que ellos.
miércoles, 27 de julio de 2011
BIENVENIDA...
hola a todos mis futuros seguidores..les invito a compartir de la maravillosa experiencia de escribir y leer...
En este espacio podrán encontrar un punto de vista, para cada uno de los temas que se proponen. Espero sus comentarios.
En este espacio podrán encontrar un punto de vista, para cada uno de los temas que se proponen. Espero sus comentarios.
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