sábado, 30 de julio de 2011

Montería, borra su huella histórica

Por:Ramiro Guzmán Arteaga
Al paso que vamos lo único que falta es que esta civilización sin rumbo termine por acabar no solo con la memoria histórica de Montería sino con la memoria genética de sus habitantes.Se está destruyendo la antigua arquitectura y los diseños originales de viviendas y edificaciones son reemplazados  por otros que obedecen al capricho de sus propietarios.Diseños modernos, es cierto,  pero que se encuentran en cualquier parte del  país y que en nada identifican a la ciudad ni les dan sentido de pertenencia, colectividad ni ciudadanía a los habitantes.
Me temo que con la “recuperación” de los parques del centro de la ciudad se esté  haciendo lo mismo que con la Avenida Primera: una especie de “borrón y cuenta nueva” que no deja huella del pasado. Aquí las fachadas, las casas viejas y edificaciones que marcaron una época sucumben bajo el golpeteo del martillo y el crujir de la madera.El centro histórico no existe.  Los casi cien años de El Tropicana fueron demolidos en menos de 24 horas, para habilitar un parqueadero; la casa de la cultura fue destruida sin compasión, el antiguo hospital San Jerónimo de Montería fue entregado a la Fiscalía y, lo que podía ser un museo,  es hoy un sitio lúgubre que inspira miedo y temor. El gobierno es indolente ante nuestro pasado. La curaduría entrega permisos para construir sin miramiento. ¿A cambio de qué? En fin, de la vieja Montería solo quedan las fotos. Y ahora lo único que falta es que nos dejemos colocar la estatua de una vaca a la entrada de Montería.

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