Por: Ramiro Guzmán Arteaga
El científico Cordobés Álvaro Cogollo Pacheco me confirmó algo que había dicho en una conferencia: que en el sitio en que se construyó la hidroeléctrica de Urrá S.A la empresa sepultó el que sería uno de los últimos reductos de una planta vegetal única en el mundo conocida con el nombre genérico de Zamia, de la cual se alimentaban los dinosaurios hace unos 230 millones de años, en la era Mesozoica, durante el Jurasico. La Zamia tiene una historia excepcional pues lo indígenas la procesan, la liberan de los tóxicos y la utilizan contra las mordeduras de serpientes, se ha demostrado que los insectos que la consumen poseen el mismo compuesto toxico, lo que se conoce como un caso de coevolucion planta- animal. Como son grupos de plantas muy especiales hay coleccionistas que pagan altos precios en dólares, incluso hay asociaciones mundiales de Zamia más cotizadas que las mismas orquídeas colombianas. Algo asombros es que son plantas “dioicas”, es decir, tiene los sexos separados, hay plantas macho y hembra, por eso se necesita conservarlas para evitar acelerar su extinción. El nombre de la especie es Zamia Restrepoii, en homenaje al padre Sergio Restrepo, quien la descubrió y fue asesinado en Tierralta.
En Colombia el programa para incluirla en la lista de especies en vía de extinción lo lidera el Instituto Alexabder Von Humbolt. La especia que crece en el área de Urrá fue categorizada en peligro critico por ser única en el mundo. Se estima que es posible que exista por los alrededores algunas Zamias en estado agonizante, en las mismas 52 mil hectáreas que inundaría Urrá II si el Consejo de Estado les da el aval- Confiemos en que no sea así porque sería tanto como autorizarlos para matar un dinosaurio, lo cual no dudarían en hacerlo.
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