Ramiro Guzmán
Arteaga
El
acto de elección de la nueva junta directiva de la Sociedad Colombiana de
Arquitectos Córdoba (S.C.A), 2013-2015, fue impugnada por el arquitecto y
profesor Rafael Hilario Navarro Espitia, quien solicitó ante la Junta Directiva
Nacional que se declare la nulidad de la misma y se convoque a nuevas
elecciones, bajo la estricta vigilancia de organismos de control del gremio a
nivel nacional.
Y no
es para menos por cuanto en la elección del 19 de marzo tan solo cinco miembros
manejaron 43 ‘poderes para votar por encargo’, sin el lleno de los requisitos
legales. Y, aun así, de ser estatutariamente legal ese procedimiento, estaríamos
ante el hecho de que no siempre lo legal es ético ni moral, pues no creo que
haya un gremio en el mundo que permita que uno de sus socios vote hasta en 16
ocasiones en representación de 16 socios ausentes y, peor aún, que particulares
voten sin ser socios, como fue el caso de la S.C.A. Córdoba.
De
modo que es necesario y urgente un pronunciamiento de la junta directiva nacional
de la Sociedad Colombiana de Arquitectos ante esta grave situación toda vez que
no estaríamos solo ante una posible violación de estatutos sino que sus
réplicas van mucho más lejos por cuanto el gremio de arquitectos, como muchos
otros, se constituyen en una especie de foros y espacios consultados por el
gobierno para la adjudicación y contratación de obras. La impugnación del acto
de elección la hizo el arquitecto Rafael Navarro Espitia desde el 8 de abril y
aun la presidencia nacional de la S.C. A. no se ha pronunciado, lo que
evidencia que algo huele mal en ese importante y prestigioso gremio.
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